¿Es normal que mi pareja se haga sentir mal?

El hogar es la base del desarrollo de la persona, un lugar al cual puede regresar, usar como base y, a partir de él, formar sus deseos, esperanzas y metas para construirlas día a día, creando una vida para usted  y las personas que se rodean. Sin embargo, sucede que en algunos momentos este maravilloso lugar en el que debe encontrar paz, es donde menos la puede hallar. En los últimos años, han estado viendo un aumento de la violencia intrafamiliar, y desde el inicio de la pandemia COVID-19, han visto un incremento desconcertante de este gravísimo problema en los hogares de todo el mundo.

Es importante, en primer lugar, definir que la violencia en el hogar no es únicamente ser golpeado o agredido físicamente, sino que existe una gran gama de posibilidades por las cuales sus libertades personales, y la de su allegados, pueden llegar a ser vulneradas. Aparte de la violencia física, existe la emocional o psicológica, que incluye insultos, agresiones verbales, celos agresivos, impedirle ver a su familiares y amigos, impedirle hacer las actividades que le gusta y mucho más. Se empeora el estado mental progresivamente.

Existe, también, la violencia económica, en la cual aquél encargado de los gastos de la familia humilla a los demás para pagar las facturas, para la compra de víveres y para la manutención básica del día a día haciéndole sentir inferiores y como si fuese esclavos del otro. Existe, además, la violencia sexual, en la cual se exigen favores sexuales o se tienen relaciones no consensuadas como si fuese una obligación, no como una decisión consciente para el placer de ambos. 

Y hay que saber que ninguno de estos comportamientos es normal. Cada persona merece respeto hacia su dignidad y es importante notar que aunque todas las relaciones tengan altercados y problemas, no es normal sentirse atemorizado por aquellas personas que deberían brindar seguridad. Es por esto que, en estas circunstancias tan difíciles, se hace más importante que nunca tener el acompañamiento de una persona profesional, experimentada y capaz de poder ofrecer calma en la toma de una de las decisiones más complicadas de la vida.

Un abogado pueda brindar soluciones como las demandas para hacer que paguen las cuentas que debe hasta órdenes de restricciones que le aseguren el bienestar suyo y de sus allegados. No calle el abuso, y no lo enfrente en soledad; es un momento muy duro en su vida, y la compañía y la seguridad es justamente lo que más necesita para superar los problemas que le impiden tener paz mental.

Para recibir ayuda para violencia doméstica, habla con un abogado.


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